Fuente: un cambio en el código del repositorio (o una programación automática) activa una notificación para ejecutar automatizaciones del proceso.
Compilación: el código fuente se combina para crear un artefacto, una instancia utilizable del producto, señalando cualquier problema potencial.
Prueba: se ejecutan pruebas automatizadas para validar el código y el comportamiento del producto. Estas pruebas pueden ejecutarse en varias etapas y proporcionar información a los desarrolladores.
Implementación: cuando el código ha superado las pruebas, está listo para ser implementado en un nuevo entorno, ya sea manualmente en un entorno de prueba o automáticamente en un entorno de producción para los clientes.
Supervisión: una vez que el artefacto se implementa en producción, la aplicación se supervisa continuamente para analizar tendencias, examinar el rendimiento e identificar proactivamente las áreas problemáticas.
Cualquier fallo activará notificaciones para que el desarrollador correspondiente conozca la causa y, cuando el código se implemente con éxito en producción, todo el equipo será informado.